lunes, septiembre 10, 2007

El otro del diario: Trasnoche

La verdad no pensé que fueras de ésas. Las que te compran con menos que una sonrisa. Tampoco pensé que fueras de ésas. Las que hablan con los silencios. ¿Sabés qué? Tampoco creí que fueras de esas otras. Las que sonríen con la mirada. En realidad pensé, ¿qué pensé? Creí que eras distinta. Será por eso que nunca escuchaste las palabras que no te dije.

Parte del juego, de este ajedrez interminable donde te supongo a veces reina, a veces un alfil esquivo y siempre la misma torre inexpugnable. Y ahora estás sentada al lado mío mientras escribo, no en cuerpo, ni siquiera en espíritu. Pero igual sobre mi hombro negando o asintiendo según se suman las letras. Y yo me siento en el tablero como un caballo de calesita, equivocado, fuera de lugar, dando vueltas y vueltas. Ansiando la sortija para tener un momento más.

Soy mente y soy espíritu, pero también soy cuerpo. Un cuerpo con un propósito. La fusión definitiva.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa bondad es un personaje que me viene demasiado estrecho; un vestido que no puedo seguir llevando. ¡Hay otras facetas de mi personalidad que intentan nacer, que exigen que se les escuche!

A.Nin (The Four-Chambered Heart)

Anónimo dijo...

La fusión definitiva es con el cuerpo el espíritu y la mente.... sólo fusionaremos partes de otra forma; tu fusión definitiva en palabras es arte.
TQM
Vincent

Anónimo dijo...

Vi, la fusión es equiva, pero igual q lindo tenerte por acá.

Beso