sábado, julio 03, 2010

Ella hacia el Este. morir dormir.

Un arrebato, y corre de noche. Los árboles corren de noche. Las bengalas suenan en el corazón de un perro dormido. Tropiezan las patas -puro reflejo- entre tantos cuerpos luminosos. Ella empalidece, escupe su corazón en un acceso de tos, lo sujeta, se le enrojecen las manos: sobre las paredes escribe su nombre, nombres rubí. Corre su cuerpo junto a su flanco para que, mientras persiga, no caiga, no quiebre, pulse sobre su lado eso que es como una manzana.

Las calles son ahora ríos por sobre los que sopla el viento. Un perro con luces que corre delante, detiene el hocico, lo deja caer como un halcón, y acompaña el arrebato como la muerte.

Ella recupera latidos -descansa, duerme-, mientras se cubre con la piel del animal, y oye a las divinidades con orejas de perro.

Ella hacia el Este. Pérdida repentina del conocimiento y de la sensibilidad, debida a la suspensión súbita y momentánea de la acción del corazón.


-conjuro de mí, mío-
el desmayo amoroso,
que desprende el aire de otoño
en una sucesiva e indisciplinada caída.

martes, mayo 04, 2010

Suspensión en algo incomprensible, que pasa de un cuerpo a otro, y equilibra la temperatura.

Como esas hebras hábilmente tejidas en silencio
-tapiz de hombres suspendidos en azul,
midiendo el cielo a cada paso-.
camino sobre un laberinto blanco.

Quietud de una profundidad absoluta,
apenas cae la nieve, en un silencio tal,
que cada palabra se torna blanca.

Nada nos sucederá, -que sin mirar-
no pueda recorrerse en silencio.

lunes, mayo 11, 2009

Ella hacia el Este: Hiroshima, mon amour.

la locura, una eternidad,
de gato negro y gato blanco

repetir tu nombre, una y otra vez,
no podría expresarlo mejor

a veces llueve sobre las paredes
pienso en vos, pero no lo digo

sobre la frente, amor,
suenan las doce del Loira

toma el vaso, hazme beber
tenemos que partir

mientras nos amamos,
suenan las campanas de St. Etienne

volver el tiempo, ¿morir?
-incluso en este momento-

¿es tu cuerpo, es el mío?
no lo sé con certeza

salgo de noche en bicicleta,
sola, hacia París

cuatro faroles se balancean
de un extremo al otro

imposible dejarte
me besarás y estaré perdida

esta ciudad de idioma extraño
está hecha para el amor

presumía que aparecerías
y ya no tendríamos más que hacer

encontrarte en la ciudad
hablar del amor, en sí

la noche no terminará jamás
seremos sorprendidos al amanecer

no he muerto en Nevers
bajo la sombra de esos álamos

poco a poco se convertirá
en una solitaria canción

llueve sonoramente
como tus pasos vienen hacia mí

tomaré un taxi, me seguirás,
en el segundo siguiente

imposible no venir
imposible no verte

nombraremos aquello que nos une
y el tiempo pasará, sólo tiempo.

martes, mayo 05, 2009

Ella hacia el Este: sirenas song

Un ulular sorpresivo y el estrépito del agua hundiéndome.
El sueño color índigo y las pulsaciones
de una maraña de azules, algas, paraísos.
Danza circular de éxtasis femenino.

Pupilas dilatadas en párpados azules trasnochados y bocas de fuego. Vanidosas, pretenden un alejamiento, no miran a los ojos, y atraen con cabellos infinitos como los vestidos de seda de las antiguas Dinastías Chinas.

Son sus suspiros, monocordes y sordos, que envuelven el sonido del mundo y lo hacen estallar en miles de partículas brillantes que permanecen en el agua.

Dicen que a veces buscan algo. La vanidad más pura y sagrada, y yo, sólo puedo esperar, esperar, esperar, y pasar el tiempo suspendida.

Un canto almibarado, bebida espirituosa que recorre los cuerpos y desciende por las largas colas escamadas, con el tornasol de una estructura prismática por la que se desliza el mar en burbujas.


Flotamos todas con los ojos abiertos, esperando un destino, y sonreímos hacia un sonido promisorio y dulce.

lunes, mayo 04, 2009

Ella hacia el Este. con lentes de sol

apostaba a un número rojo
en un tablero de números negros
en su cartera escondía el dado de la suerte
usaba lentes de sol para llorar
huía de algunas cosas - de pocas -

repetía palabras de Pizarnik
como un mantra:
el amor es un paracaídas.

complicada por nada
volcaba jarrones de flores blancas
y observando el cielo en silencio
se perdía las tardes

creía en los talismanes,
y le daba la vuelta a lo real
como un espejo.

domingo, mayo 03, 2009

Ella hacia el Este: la imagen de nadar sin poder respirar y tocarte apenas

una mancha oscura, desdeñosa, latente
atraviesa la superficie
cabellos que ondulan caracoles y algas azules
en una cavidad llena de lágrimas y fatalidad

en ese segundo de tiempo,
una música enmaraña el agua
y arranca el corazón
-el sueño de un mar odioso-

la imagen de nadar sin poder respirar 
y tocarte apenas

un remolino devora todo:
pez-espada, pez-martillo

y para siempre nosotros,
suspendidos,
como la mancha más oscura
debajo del agua.

domingo, marzo 22, 2009

Ella hacia el Este. variaciones.

intento dibujarme sobre un color, sin verbo.
materia sobre el papel que oscila entre la marea.

miércoles, febrero 18, 2009

Ella hacia el Este: vos-en-mí

a tientas te veo
y respiro.

resuena tu música
mientras el azar
se superpone con tu imagen
y, desde lejos, se imprime en vos.

estamos en el inicio de todo

miles de colores
sobre un lienzo verde:
sólo a tientas es posible
llevarse un recuerdo.

alguien revela en la lejanía
una fotografía tuya que sorprende
con un atisbo
-blancoverdeazul-.

martes, febrero 17, 2009

asiaeleste

abrazando mi cuerpo con calor, en ese océano, que descubrí que era mío, que prefiero a todo lo que había imaginado. y la tristeza, los enojos adecuados, las peleas internas y la mirada en el espejo, profundidades de un ser que se mueve todo el tiempo. astucia y reflejo. todo el tiempo.

¿quiénes me amarán mañana?
¿quedará algún recuerdo en sus rostros?
¿voces? ¿pensamientos?

-indudable-
y entonces,
nada de las formas, de lo humano, importará en este sentido.

cuando todo oscurezca, sólo protegeré lo que acabo de decir.

miércoles, febrero 11, 2009

Ella hacia el Este: Océano.


Océano Mar [un libro de seda]

lo que quiero decir es que yo la vida la deseo, haría cualquier cosa para poder tenerla, toda la que haya, tanta hasta enloquecer, no importa, puedo incluso enloquecer, pero esa vida no quiero perdérmela, yo la deseo, de verdad, aunque me hiciera un daño insoportable lo que deseo es vivir. Lo conseguiré, ¿verdad?

lunes, enero 26, 2009

Oscar Wilde

en los mejores días del arte
no existían los críticos de arte

sábado, enero 24, 2009

Ella hacia el Este: Hermosismo 8/

uno


puede iluminarse después de oscurecer

¿no?

yo me extiendo, como un mapa antiguo, un mapa al fin, y conquisto territorios para mí. uno constelado, salpicado de destino y de límites.

y sin embargo, tengo un mapa en el cuerpo
con nombres que nunca se podrán leer.

viernes, enero 02, 2009

Ella hacia el Este: The man I love.

a horario. veo tus ojos desde el otro lado de la calle, y un círculo en tu pecho, señal rojo sangre.

te digo con los ojos, con la boca, movimiento del vientovértigo que contengo, y vos sabés que miento, pero los ojos nunca, y la boca menos que sobre el pulso de tu cuello se torna roja rojizo.

tus ojos llenos de agua miran de esa forma que no entiendo quién es la presa de quién, atados como vudú barato.

atrapame con las sogas que tiraste hacia mí, voy a intentar escapar.

Vos, siempre pirámide: yo, vértigo.