miércoles, septiembre 12, 2007
Ella hacia el Este: Anochece dos veces
Después de pensarlo tantas veces sé que no es exactamente dolor. Es como una molestia, o un pequeño desgarro, o como golpearse una mano o el dedo de un pie. Quisiéramos haberlo evitado, pero nos recuerda que estamos vivos, que podría haber sido peor y sólo esperamos que pase.
Así sucedió conmigo.
No recuerdo nada anterior.
Parado en el medio de la habitación tratando de despegarme de esa superficie metalizada. Pegado por completo, como un insecto en una trampa pegajosa, pero sin sufrimiento, sin miedo. Sin embargo, recuerdo esforzarme por despegarme: la cara primero, la punta de los dedos, las pestañas, las rodillas. Lento progresivo despegue. Finalmente, como una pequeña figura de papel logro algo: pararme individual frente al espejo y observar ahora desde este lado del mundo.
Y vivo, sí. Parece mentira.
Pero siento el murmullo cuando me acerco.
Ahora camino por las calles cuando anochece.
Y todos se preguntan qué son esos cristales
en mi pelo
en los bordes
de la ropa.
Así sucedió conmigo.
No recuerdo nada anterior.
Parado en el medio de la habitación tratando de despegarme de esa superficie metalizada. Pegado por completo, como un insecto en una trampa pegajosa, pero sin sufrimiento, sin miedo. Sin embargo, recuerdo esforzarme por despegarme: la cara primero, la punta de los dedos, las pestañas, las rodillas. Lento progresivo despegue. Finalmente, como una pequeña figura de papel logro algo: pararme individual frente al espejo y observar ahora desde este lado del mundo.
Y vivo, sí. Parece mentira.
Pero siento el murmullo cuando me acerco.
Ahora camino por las calles cuando anochece.
Y todos se preguntan qué son esos cristales
en mi pelo
en los bordes
de la ropa.
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6 comentarios:
Me encanta el otro lado del mundo. Me resulta fascinante la idea. Es magia.
Sol escribis muy bien. Me gusta que hayas vuelto y no dejes de hacer lo que te hace feliz.
¿...Y qué son esos cristales?
Uno no termina con la nariz rota por escribir mal; al contrario, escribimos porque nos hemos roto la nariz y no tenemos ningún lugar al que ir.
Consejos para escritores/
Antón Chéjov/
Mi sol...
Escribis alucinante...
Te adoro tanto tanto....
y... si... auque no nos sea placentero, es el dolor una de las cosas que nos hace darnos cuenta que estamos vivos...
cada vez que el dolor toca mi puerta, me da mucha fuerza, la esperanza de saber que despues de las nubes siempre hay un sol...
y mas alla de todo... hoy por hoy, me di cuenta que he aprendido un monton a causa del dolor... con lo cual... su transito es terrible, pero no me destruye, ya que tengo la esperanza que pronto va a venir algo muchisimo mejor que me haga sentir que valio la pena tanto sufrimiento...
hermosas tus palabras... besos
muchas gracias huellas compartidas por tu comentario. Espero verte seguido y oír lo que tengas para decirme.
Besos.
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