martes, julio 10, 2007
Ella hacia el Este
Dulce invierno
cae en el corazón
Una tarde inesperada para el cielo. La ciudad se desprende en pequeños hielos que no consiguen concentrarse al caer: se expanden, se deslizan, se dispersan, sin llenar ningún espacio, pero abarcándolo todo. Como el agua, el corazón nunca se llena.
El cuerpo, el pelo en remolinos: dulces copos nevados.
Si existe algo como el fin del mundo que sea en forma de nieve: un indescriptible.
cae en el corazón
Una tarde inesperada para el cielo. La ciudad se desprende en pequeños hielos que no consiguen concentrarse al caer: se expanden, se deslizan, se dispersan, sin llenar ningún espacio, pero abarcándolo todo. Como el agua, el corazón nunca se llena.
El cuerpo, el pelo en remolinos: dulces copos nevados.
Si existe algo como el fin del mundo que sea en forma de nieve: un indescriptible.
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3 comentarios:
hola
Con vuestro permiso:
Si existe algo como el fin del mundo que sea en forma de nieve: un indescriptible.
Un indescriptible ameno final, frío y tenue, pero extaciante
Gracias Seba, por los remolinos.
Sol.
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